My Happy Family (2017)
La felicidad subordinada al título.
Al cumplir 52 años, Manana anuncia a que irá a vivir a un departamento sola. La noticia sorprende a cada integrante de la familia con los cuales ha convivido 30 años; su esposo, sus hijos y sus padres no pueden comprender el motivo de su partida ni le toman en serio hasta que ella junta sus pertenencias en una valija y se marcha.
Manana se resiste a dar explicaciones pese a la presión sofocante que ejercen sus familiares en esperas a que vuelva, y, alejada de las discusiones, descubre los placeres de la vida solitaria y tranquila. Con profundo realismo, los directores georgianos Nana Ekvtimishvili y Simon Groß retratan una mujer que atraviesa por un proceso de reconstrucción dentro de un escenario sencillo y cotidiano, con una narrativa sensible cuyo peso recae sobre la brillante actuación protagónica de Ia Shugliashvili.
La puesta en escena de las disputas familiares, narradas con cruda honestidad pero sin caer en exageraciones, no solo justifican el anhelo de Manana pero ofrecen un retrato de una familia dependiente que sofoca con culpa y ama con necesidad, subyugada a los roles de género y expectativas de la sociedad.
El idioma puede resultar extraño a nuestros oídos, pero es innegable la universalidad del tema subyacente y la mirada crítica al mundo patriarcal donde la felicidad de una mujer puesta en prioridad es algo inconcebible, ni que decir su independencia.