To be or not to be (1942)
Contra los nazis, humor irreverente e indecente.
En plena ocupación Nazi, un grupo de actores de teatro se ven enredados en una misión de para encontrar a un espía alemán infiltrado que llega a Polonia a entregar información peligrosa para los soldados de la resistencia. Entre los actores, está la pareja conformada por Maria Tura y Joseph Tura, quien se considera el mejor actor polaco de todos los tiempos.
La película inicia con una secuencia de Hitler deambulando las calles de Varsovia como si el país fuera suyo. Pero aún no lo es, y Hitler es solo un actor disfrazado que busca convencer al director que puede ofrecer una actuación memorable. Cuando la función de teatro cancela la obra satírica por motivos políticos (estamos aún en los momentos previos a la ocupación), el ensamble de teatro pone en puesta Hamlet. Durante las líneas más icónicas de la obra de Shakespeare, el Teniente Sobinski se levanta en pleno monólogo para visitar a Maria Tura en su camerino. El ego de Joseph está por el suelo, y Maria, cansada de la atención que él recibe constantemente intenta consolarlo. Y aquí, con las sirenas de alerta, llega la Segunda Guerra Mundial, atroz, brutal y con olor a muerte. Cuando el Teniente descubre que el profesor Siletsky es un espía, una serie de malentendidos se suceden uno detrás de otro hasta que queda en manos del grupo de actores infiltrar la Gestapo.
Quizás tres meses después de Pearl Harbor no sea el momento apropiado para estrenar la película, ¿pero cuándo lo es? La Segunda Guerra Mundial horrorizó al mundo, y lo sigue haciendo hasta ahora. Pero la genialidad de Ernst Lubitsch satiriza con humor sagaz y atrevido este periodo oscuro de nuestra historia, que para él estaba sucediendo y lo estaba viendo con sus propios ojos. Hay que decir que en ese momento el triunfo de Hitler era aún posible. ¿Absurda y de mal gusto? Para nada, todo lo contrario, pues Lubitsch se burla de los nazis (y de su ideología) con humor negro inteligente y punzante que libera carcajadas sobre las ruinas de la ciudad en llamas. ¿Indecente? Sí. ¿Irreverente? Sí, pues la comedia de Lubitsch ilustra a unos nazis brutos y tontos, ciegos que seguían la figura ridícula también de Hitler. Cuando Joseph Tura se disfraza del Coronel Ehrhardt y luego del Profesor Siletsky, resulta tan cómico cómo ninguno de los soldados nazis se de cuenta de tan sobreactuado actor y hasta ilustra la vulnerabilidad y torpeza de los nazis.
Un homenaje al teatro, la historia, con tantos giros narrativos como saludos de “Heil Hitler”, mezcla además la ficción con la realidad, la puesta en escena con la misión, como la fotografía de Hitler colgada en el teatro, que para el director era más realista que el actor que había posado para dicha foto.
To be or not to be es una comedia negra, un drama, un thriller, un melodrama, todo mezclado en la dosis perfecta que solo Lubitsch y el guionista Edwin Justus Mayer pudieron lograr. Tan inolvidable como la línea “Así que me llaman Ehrhardt Campo de Concentración?” (o me atrevo a decir que cualquier línea de diálogo si vamos al caso), bajo las risas yace una fuerte crítica a la guerra y el rol que Lubitsch optó interpretar a viva voz en dicho contexto.