A mordida (2019)
The Bite. Pedro Neves Marques. Portugal. 2019
La textura hexagonal de los mosquiteros impide la salida de los mosquitos de un frasco en un laboratorio, pero también funciona al revés, pues resguarda a sus personajes que se encuentran ante el asedio de una epidemia. Pero el peligro palpable no deviene precisamente de la enfermedad mortífera transmitida por el vector. A Mordida relata una guerra silenciosa, invisible, que ocurre bajo el velo de la supuesta protección pero que esconde el exterminio absoluto de una especie que no hace más que intentar atravesar paredes.
Un montaje que alterna escenas en un laboratorio donde experimentan con la esterilización del mosquito macho con el confinamiento rutinario de una pareja no binaria y poliamorosa, establece una analogía entre lo que sucede a los mosquitos enfrascados y a las personas desterradas. Si se logra introducir un gen nuevo y esparcirlo en la población, se logrará extinguir a una especie completa, narra un científico. Es inevitable pensar en los alcances que podría tener la intervención del hombre en la naturaleza, y del peligro de poner dichas estrategias en función a las políticas fascistas del gobierno de turno. No en vano, una banda sonora tétrica de siniestros bajos y agudos estridentes acompaña el relato; el horror surge de miedos concretos.
En la fotografía, el granulado del analógico custodia la imagen, como si todo fuera visto a través de una tela red. A su vez, el verde de la naturaleza y de la habitación entinta la imagen en un acto de resistencia frente al blanco esterilizado y homogéneo del laboratorio, mientras que el uso constante del zoom in ya sea en el medio del bosque o sobre el rostro de un personaje busca denunciar lo que no se ve a primera vista. ¿Qué acecha entre los troncos de un árbol? ¿Quién vigila a este investigador genocida en este combate indefinido?
Parte de la selección de Competencia Internacional – Ficción y Documental del VIS Vienna Shorts.