Border (2018)
El ser humano es un parásito.
Tina vigila la frontera de una manera muy particular: bajo su extraño aspecto, ella puede oler el miedo y la culpa que ocultan las caras anónimas que cruzan la aduana día a día. Es quizás aquí el único lugar donde pasa desapercibida; a no ser que detenga a alguien por tráfico de alcohol o pornografía, la gente evita observarla, los perros se alteran ante su presencia y ella vive confinada en el bosque, donde la naturaleza le ofrece el consuelo que no encuentra en ninguna otra parte.
Hasta que conoce a Vore, o más bien, huele algo que él oculta. Su olor le produce curiosidad y excitación, una sensación extraña que aflora todos sus sentidos. Hay algo además en su actitud despreocupada: no encaja, pero no le interesa, mientras que Tina se ha esforzado toda su vida por no incomodar a nadie. Y es aquí donde la película, a través de dos tramas en paralelo, teje una historia de descubrimiento, por un lado, y por el otro, gracias al olfato de Tina, un policial con agentes en búsqueda de desmantelar una red de tráfico de bebes, algo más espeluznante que cualquier película de horror porque no es ninguna fantasía. Es ilusorio pensar que las historias no se cruzarán, porque la verdadera identidad de Tina tiene un precio. Y no es nada agradable.
Border critica sin escrúpulos el rechazo de la sociedad hacia aquello que lo considera fuera de sus estándares encasillados bajo la palabra “normal”. Entre el horror y la fantasía, aquello que más asusta no son ni Tina ni Vore, seres con fisionomía sexual distinta que corren en el bosque desnudos y se alimentan de gusanos. Al fin y al cabo, ellos son meros sobrevivientes, una minoría rechazada y abusada que ha logrado encontrarse. En cambio, la humanidad, que tanto se ha esforzado por juzgarlos, es una raza que de evolutiva no tiene nada. Porque lo que más da miedo, y aquello que quedará latente después de los créditos, es cómo el ser humano es capaz de alimentar sus placeres morbosos y depravados a costa de otros seres humanos. Un parásito que infecta el mundo entero.