Love, Simon (2018)
Reconfortante y encantadora en su ingenuidad.
Simon es un chico como cualquier otro, sólo que tiene un secreto: es gay y aún no se lo ha contado a nadie, ni a sus padres ni a sus amigos. Cuando otro chico de su colegio sale del clóset online bajo el seudónimo de “Blue”, Simon contacta con él (anónimamente también) y entablan una relación virtual. Hasta que Martin, otro chico del colegio, hace captura de los mails y utiliza eso para chantajear a Simon.
Imagínense si los adolescentes heterosexuales debían contar a sus padres sobre su heterosexualidad. En una secuencia cómica, Love, Simon ridiculiza el cuestionamiento que tiene Simon sobre aquel momento tan horrible en la vida de un adolescente LGBTQ. Con esto no pretender ser una película trasgresora, sino plantea la simple pregunta de por qué no existen películas de amor adolescente entre dos chicos.
Si bien es cierto que en los últimos años salieron películas de temática LGBTQ alabadas por la crítica como Call me by your name o Moonlight, no puedo dejar de mencionar el hecho de que Love, Simon sea una comedia romántica de adolescentes de gran producción y alcance masivo, y cuyo protagonista gay rompe con el estereotipo del personaje secundario conocido como “el mejor amigo gay”, y pasa a ser nuestro héroe, algo inusual en el cine de los grandes estudios.
Es naíf, sí, pero hay algo reconfortante en la ingenuidad de la historia y en la ligereza de la trama que te roba unas lágrimas con la misma facilidad que te saca unas carcajadas. El mensaje de tolerancia y aceptación es tan claro incluso para los padres, que puede llegar a ser una película terapéutica y para ver en familia.